Cap I Bienvenida


Hace un día maravilloso, en la habitación se puede escuchar el sonar de las gotas de lluvia golpeando la cara posterior del vidrio de la ventana, de repente el sonido aturdidor de un relámpago retumba en todo el recinto produciendo en aquel tipo tirado en el sofá un sentimiento de enojo tan profundo que de un solo movimiento termina sentado y la frazada a dos metros del lugar de descanso a causa de la muestra de enfado de aquel ogro que termino lanzandola como si de ella fuera la culpa.

Abrió sus ojos, después de restregarlos, Estiro su brazo y sintió un palpitante dolor en la herida que tenia mal vendada en el hombro derecho, tomo su pantalón de la silla de al lado y se los puso, de una manera torpe metió una de sus piernas en la manga y seguida la otra, los subió y sin levantarse, simplemente con un pequeño impulso los paso por su trasero y los abrocho, se quedo observando por unos segundos sus tenis sin pensar en nada, tomo uno y se lo puso su enojo aumento cuando adormilado vio que lo puso en el pie equivocado, lo cambio y se puso el otro, se lanzo hacia atrás quedando tendido de nuevo en aquel incomodo sofá.

2

Pasaron 25 minutos cuando salio del salón dejando tras él la puerta cerrada, cruzo el pasillo y giro a la derecha rumbo a las escaleras hacia la planta baja. Mientras bajaba un joven visualizaba su trágica apariencia, llevaba cabello ondulado tan sucio como si lo hubiera bañado con ceniza y revuelto (aunque por lo general era así), al rededor de sus ojos marrón se notaban manchas como si tuviera el antifaz de algún super heroe a causa del cansancio de la noche anterior, su barba poblada lo hacia parecer mucho mayor de lo que realmente es, no llevaba camisa, esta estaba sustituida por un trapo blanco envuelto al rededor de su hombro en forma de una improvisada venda en la cual se podía ver una preocupante mancha de sangre, el pantalón abrochado a su gran contextura simplemente por un pequeño botón el cual parecía a punto de salir disparado, este estaba rasgado sobre la rodilla izquierda donde se podía apreciar un raspón bastante doloroso y por ultimo vio sus zapatos polvorientos; Cuando estaba lo suficientemente cerca le dijo - luce como la mierda profesor, lo que el respondió - así me siento Trace, - y mi padre ¿no llego? continuo el tipo, - no, respondió el joven - y tiene demasiadas cosas que hacer hoy, continuo, - y con esta lluvia tardará aún más  - Siempre tiene demasiado que hacer, dijo el profesor con expresión de inconformidad.

Trace le sugirió darse una ducha para luego cambiar el vendaje de la herida  lo cual acepto. Mientras el joven preparaba huevos para el desayuno al profesor le bajaban delgados hilos de agua por el cuerpo desnudo a causa de la calurosa llovizna de la ducha donde se pregunto a si mismo -¿estaré haciendo lo correcto? y por unos segundos se perdió en sus recuerdos...

3

Ciudad Jubileo  - Región Sinnoh

El profesor continuaba con su charla de bienvenida a los nuevos estudiantes del instituto DO JO lugar donde los principiantes, aspirantes a entrenador empiezan su etapa de conocimiento y entrenamiento para su futura carrera en el mundo exterior.

- Como sabemos, empezó el profesor - estas creaturas o monstruos de bolsillo como se les llama ahora, son seres a base de energía que habitan en nuestro planeta técnicamente desde la creación del mismo y gracias a ellos la humanidad a tenido grandes avances ya que muchos de nuestros diseños en estructura, alimentos u objetos son basados en estos fantásticos seres y sus hijos empezaran a adquirir el conocimiento necesario para que según la carrera que escojan en el futuro tomen la decisión de como usar lo aquí aprendido; continuo explicando diversos temas como ventajas del instituto, métodos de aprendizaje para los estudiantes, temática de las clases de medicamentos, defensa personal y demás materias  dictadas, cuando de repente se vio interrumpido por un brazo puesto en alto, uno de los padres pidió la palabra y sin molestarse por haber interrumpido de esa manera dijo en voz alta - ¿como podemos confiar nuestros hijos al instituto si usted siendo hijo del maravilloso investigador Oak y habiendo estudiado aquí termino siendo simplemente un maestro de instituto?.

Después de haber escuchado aquellas palabras sintió que el recinto se hacia pequeño, todos los sonidos se alejaron de golpe, se sintió frió y creyó sentir lineas de sudor bajando por su frente aunque en realidad no era así, sabia que la comparación con su padre no era lo que lo ponía así, su padre no era un maravilloso profesor como todos creían y él amaba ser un maestro, lo que le generaba la presencia de aquellos sentimientos de ahogo era esa realidad, realidad que sabia que existía, realidad que sabia que no era la suya, la realidad era esa, era simplemente un maestro de instituto. - Es verdad, soy un maestro, dijo sin darse cuenta - y mi padre es un gran investigador, y el motivo por el que sus hijos deben estar aquí es precisamente ese, en el futuro y con la guía del instituto serán como yo, lo que realmente quieren ser en la vida. Mintió.

Dos semanas después de aquel acontecimiento se encontraba en la segunda planta del instituto observando el patio mientras los alumnos estaban en resezo, unos jugaban con una pelota, otros se sentaban en grupos a pasar el rato, los más grandes molestaban disimuladamente a los más chicos y en un momento un chico curiosamente entro en el cuadro de visión del profesor y se sentó bajo un árbol; de apariencia delgada pero no flaco, cabello rojizo y despeinado, gafas redondas, sabía que tenía ojos cafés y mirada misteriosa, como todos los alumnos llevaba el uniforme escolar pantalón rojo y camiseta negra, si hiciera más frío del normal seguramente también llevaría su chamarra roja. En su mente se hizo una imagen de él a la edad del muchacho luego puso la imagen del chico a su lado y empezó a comparar mentalmente - yo era un estudiante ejemplar a su edad y este chico no es que sea uno de los buenos, yo respetaba y respeto a las personas, este chico es un bocazas, cómo cambian los tiempos se dijo para si. Mentalmente hizo otra comparación, él siempre mantenía con una o dos personas y el chico por lo general la pasaba solo, sabía que no era odiado a lo mejor en soledad se sentía protegido, pero de igual manera sabía que nunca estaba solo, siempre estaba siendo cuidado. Imagino una situación donde un abusivo se acercaba y sin motivo tiraba al chico por la camiseta y este caía al suelo, era casi seguro que en cuestión de segundos el abusivo estaría tirado, contra la tierra con algún estudiante sobre él dándole una paliza y el muchacho rodeado de estudiantes con aires de protección, se sorprendió cuando en su fantasía se vio a si mismo frente al chico y dándole la espaldada, con los brazos semi abiertos y los puños cerrados dándole la cara al abusador; sonrió. el joven llevaba con sigo una pequeña creaturas, cuadrúpedo de color marrón, no media más de 40 cm de altura, tenía orejas largas y punteadas, ojos grandes, osico pequeño, alrededor de su cuello sobresalía una capa gruesa de pelo claro que le caía un poco más abajo del pecho, sus patas cortas y cola esponjosa como punta de pincel (la cual en la parte final llevaba el mismo tono de color que el pelo del pecho) lo hacían lucir una apariencia muy tierna. Sabía que no era del estudiante, al instituto no podían llevar monstruos de bolsillo a menos que fuera semana de pruebas y esa semana estaba aún lejos en el calendario, por otro lado lo sabía porque el tierno Eevee era suyo.

4

El chico al salir a sus sesiones de descanso se dirigía al establo del instituto donde podían compartir tiempo con las creaturas que allí dejaban al cuidado de la señorita Rose (o señorita pecas como él la llamaba de cariño y ella con el tiempo le tomo aprecio a aquel sobrenombre), le gustaba ir a mirar a diario que clase de monstruo dejaban y cuando veía uno nuevo no paraba de bombardear a la señorita pecas con preguntas. Unas semanas atrás encontró uno que le llamo mucho la atención un pequeño de color marrón y cola de pincel, sabía a quien pertenecía ya que algunas veces lo había visto junto a su dueño y habían cruzado un par de miradas, dedujo el por qué estaba allí, sabía que no le gustaba estar dentro de su dispositivo de captura y que lo dejaban allí por que al profesor no le permitían llevar monstruos libres a  clase; se hicieron buenos compañeros, le gustaba más estar allí que en clases por lo que a menudo faltaba a ellas dando diferentes excusas a Rose las cuales ella no se molestaba en comprobar su veracidad. Ese día como de costumbre al salir a recezo fue a pasar tiempo con su amigo, al llegar vio que era día de aseo y no podría estar allí por lo que convenció a la señorita pecas de dejar a aquel pequeño a su cuidado mientras ella ayudaba con la limpieza, su única condición fue que no lo llevará a las aulas de clase por lo que decidió ir al patio y sentarse bajo las ramas de un árbol.

5

El profesor vio como el chico saco de su bolsillo tres fragmentos de roca luminosa de diferente color cada una, rojo, azul y amarillo, empezó a tomarlas en su mano y como si la creaturas supiera que hacer tomo una pose firme de ataque y empezó a cambiar de forma a medida que las piedras giraban en la mano del muchacho, con la piedra roja cambiaba a una criatura con mayor tamaño muy similar a lo que era antes pero con pelaje rojo en vez de marrón, piedra azul creatura con forma adaptable para el agua, cuadrúpedo con escamas y cola como aleta de sirena, y amarilla un ser más delgado con una apariencia más ágil, de color amarillo y pelo erizado. Sorprendido vio que ahí no paraba todo luego de un momento mientras su Eevee alternaba de formas desprendió un brillo mágico y su pelo empezó a tornarse completamente blanco y a adquirir una nueva forma, forma que él jamás había visto, aunque sólo duró unos pocos segundos quedó impactado; al terminar el asombroso momento el pequeño Eevee salto a los brazos del muchacho y este lo apretó con fuerza demostrando un sentimiento de unión imposible de romper. Y fue allí cuando el profesor sintió cual era el objetivo de su vida, allí descubrió lo que realmente quería hacer con su conocimiento.

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De repente volvió a la realidad, un golpe en una de las láminas semi transparente que rodeaban la ducha lo hizo volver en si. El agua caía sobre sus heridas haciéndolo sentir un poco de ardor, - Hey Yuliam déjanos agua al resto de la humanidad, basearas el océano y aún no lavo mi creatura, dijo una voz un poco burlesca al otro lado de la lámina, - Cállate bocazas respondió el profesor al tener consciencia del tamaño de su cuerpo.

Al salir de la ducha vio a su compañero de travesía frente al espejo intentando acomodar su cabello rojizo, - Pasame la toalla, pidió el profesor, - No soy tu criada, respondió el muchacho. El profesor hizo una mueca y se acercó al lugar donde colgaba la toalla, la puso sobre su hombro sano y se dirigió a la puerta de salida del baño, mientras pasaba junto al pelirrojo este le dijo - Si no cuidas eso terminarán quitándote ese brazo y ya no podrás azotar aquello, solteron; a lo que el profesor respondió dándole un manotazo en la cabeza sin necesidad de detener su andar y saliendo del cuarto de baño.

Al salir el profesor el muchacho se dirigió al inodoro saco su "creatura" y dejo salir su líquido tibio. Minutos antes lo había despertado el sonido de la lluvia, desconcertado había abierto sus ojos, acomodado su erección y repasado rápidamente y en voz alta los sucesos para concluir donde era que había despertado. Salió de la cama y se dirigió al baño arrastrando sus pies descalzos y solo con sus boxer puestos. Y allí estaba orgulloso con su "creatura" en la mano (cualquiera que tuviera una como esa se sentiría orgulloso), termino y salió del cuarto, segundos después entró de nuevo se dirigió al lavado, abrió el grifo y dijo - Técnicamente estoy en un santuario, merece algo de respeto, y lavo sus manos.

7

El chico al entrar a la cocina a desayunar observó a trace y el profesor Yuliam ya a punto de terminar con sus alimentos, bajo la mesa salió a su encuentro el pequeño Eevee que Yuliam le había obsequiado meses atrás, Se inclinó ante la creatura y con sus manos apretó su cara y acarició su lomo en ademán de saludo, se puso nuevamente de pie y se acercó a la mesa, llevaba puesto un vaquero negro y una camiseta blanca que luego del desayuno debía cambiar por una roja a raíz de la gran mancha de chocolate con la que terminó luego de cruzar algunas risas con sus compañeros durante una amena charla al rededor de la mesa.

El día transcurrió sin novedades, después de recibir curación en su herida Yuliam se recostó otro rato sobre la cama donde el chico había pasado la noche mientras el joven pelirrojo ayudaba a trace en sus quehaceres del laboratorio cobrando su servicio con imparables preguntas a quien de momento fuera su "jefe"  aunque por otro lado sabía que al terminar la lluvia trace iría a revisar las creaturas que andaban libres en el gran terreno  que había tras el laboratorio y pertenecía a Oak. Y esto no quería perdérselo. Llegó la hora del almuerzo, el profesor no los acompañaba ya que aún dormía. Una hora después y ya con la lluvia ausenté los dos jóvenes se dirigían a la parte trasera donde estaban las creaturas del laboratorio siempre acompañados por el pequeño Eevee que no paraba de correr y saltar mientras los seguía. El profesor se levantó y en la cocina encontró una nota que junto a una bandeja con comida decía " estamos fuera, sírvase lo que desee" y hambriento Yuliam lleno su plato y se dispuso a comer.

Paso algún tiempo hasta que se reunieron los tres nuevamente, el chico no paraba de hablar de lo emocionante que era todo allí afuera, trace ya un poco cabreado seguía respondiendo lo que aquel pelirrojo fastidioso preguntaba y el profesor solo pensaba en el momento de hablar con su padre, de repente la puerta de entrada produjo un sonido de apertura y al entrar la luz de fuera se observó la figura de un hombre de edad acompañado por una joven muy simpática. - Hola papá, hola sobrina, dijo Yuliam. - Que tal señor Oak, Leila, dijo trace. - Hola viejo, señorita respondió el chico. Los recién llegados respondieron el saludo y se pusieron cómodos.

Llegó la noche, sobre la mesa estaban los alimentos preparados por Leila y ya estaban ocupadas todas las sillas al rededor de la cena. Copas con vino a medio llenar ya hacían en las manos de cada una de las personas en el laboratorio, una de ellas se alzó en lo alto y el gran investigador Oak dijo -Brindemos por los aquí reunidos hoy, y ¡bienvenidos a Kanto!.

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